domingo, 26 de mayo de 2019

NUESTRO PAÍS.

LA ARGENTINA DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA.

La Declaración de la Independencia Argentina fue el 9 de julio de 1816. Significó un paso muy importante en la larga lucha por la consolidación de nuestro país. Pero al mismo tiempo, abrió nuevos conflictos: cómo se iba a gobernar y organizar este nuevo estado independiente. Lo que iba estrechamente ligado a cómo se habrían de manejar los intereses económicos de las distintas regiones y los diversos grupos de poder.
Esto se expresó fundamentalmente en dos posturas que perduraron y se consolidaron: federalista versus centralistas. Es decir, los que querían un gobierno fuerte y centralizado en Buenos Aires (centralismo) y los que apuntaban a una federación de provincias (federalismo).
Era, el germen de las guerras civiles entre federales y unitarios que atravesarían las siguientes décadas de la historia Argentina.
Desde un punto de vista más abstracto, podemos ver cómo la Declaración de la Independencia funcionó como un elemento de legitimación del proyecto revolucionario y de cimiento en la construcción de la identidad nacional. También tuvo un impacto psicológico positivo en la población  y en las tropas, cada vez más agobiadas por las penurias de una larga guerra.
Todo lo desarrollado anteriormente, nos demuestra lo complejo que es un acto de independencia.
Se debían cerrar trescientos años de dominación española con todos los vicios que quedaron en nuestro espíritu.
No sería tarea fácil organizar un pensamiento colectivo que pudiera nuclear a todas las perspectivas de formar un Estado, sin que nadie sintiera que quedaba afuera.
El paso ya estaba dado hacia la libertad e independencia, pero la organización política y las pasiones que se desatarían llevarían mucho tiempo y sangre derramada hasta unificarnos como una Nación.
El centralismo de Buenos Aires con su poder político y económico centraba las bases de su hegemonía por sobre el resto.
Fue sumamente difícil organizar y encausar los intereses de cada provincia puesto que nadie quería perder el dominio que anteriormente había tenido.
El futuro de una Nación se construye incluyendo pensamientos de todos. Nadie es dueño de la verdad, así como tampoco, ni una sola persona puede reclamar para él mismo el destino de la patria.

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